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divendres, 30 de juny del 2017

Eva García Sáenz de Urturi (2016) El silencio de la ciudad blanca. Barcelona: Círculo de Lectores


Mitos, símbolos y metáforas son el sustrato que nutre una trama que enlaza presente y pasado en una serie de asesinatos dobles.

Todo parece ser par como en la decoración del piso de Ignacio, el detective que detuvo por asesinato a su gemelo, Tasio.

“Todos los cuadros pertenecen a series de dos. Como si fuera la mitad de un todo y estuviera esperando a que su gemelo volviera para ocupar la parte del espacio que le pertenecía.” P. 87.

Pero, cuidado, se dice que no hay dos sin tres y la simetría de parejas se rompe de forma, por decirlo suavemente, inesperada.

El modus operandi de los crímenes es simbólico: el tejo, el venenoso y curativo árbol de la muerte y las abejas también con su ambivalencia de símbolo de anuncio de la muerte y de resurrección del alma.

Los crímenes tienen una escenografía en la que se reflejan también mitos, como el de Ochate; símbolos como los eguzkilores y metáforas como el bajorelieve de la pareja de San Vicentejo que parece reposar en actitud cariñosa.

                         
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De hecho, los espacios: monumento y paisajes son, casi siempre, reflejo de la historia y de la intrahistoria de la ciudad blanca , Vitoria, y de la tierra alavesa que se encarna en la figura del abuelo.

Vitoria es un microcosmos endogámico del que las “manadas” de jóvenes no quieren salir, como si estuvieran encerrados en un rico panal: buen caldo de cultivo de este drama.

En esta ciudad blanca, donde las piedras hablan en silencio, encontramos personajes cuyas vidas rozan el abismo. Dos de ellos serán la pareja de inspectores Unai y Estíbaliz. Muchos de los nombres de estos sufridos personajes son simbólicos como el de Alba-Blanca Salvatierra la subcomisaria y el inspector Unai Ayala que recibe el apodo de Kraken, el gran calamar abisal fuerte y poderoso. Fortaleza necesita para descubrir al asesino al precio de descender a los infiernos.

En la naturaleza se encuentra la raíz de la vida auténtica que representa el abuelo sabio de parcas palabras y de acciones decisivas. Allí en el campo es donde las energías se recupera y el contacto con la naturaleza engendra la solución del caso.
Aunque se esboza el motivo de “menosprecio de corte y alabanza de aldea”, la protagonista sigue siendo la silenciosa ciudad blanca que sólo habla a quien la sabe escuchar y que escoge al Kraken como símbolo mientras canta la canción Abrazado a mi tristeza de Fito y los Fitipaldis.


Menos mal que con los rifles
No se matan las palabras.

Total: 

¡Una Vitoria y una novela de película!




dimarts, 27 de juny del 2017

Davide Carnevali (2017), Actes obscens en espai públic (Maneres amenes d’esperar l’adveniment del messies) Tarragona: Arola editors. Llegir el teatre, Biblioteca de Can Manyer, Vilassar de Dalt



No sé si cal reactualitzar ni humanitzar les figures mítiques, com proposa Carnevali, però sí que sé és que no comparteixo el pressupost teòric segons el qual amb la representació mítica aquestes figures corren el risc de quedar reduïdes al pla literari, i així semblar llunyanes respecte a lesperit de la nostra època. P. 11.

La literatura i el seu pare el mite són intemporals i les desconstruccions, relectures i parodies em cansen si continuen aferrades a pressupostos avantguardistes que repeteixen esquemes prou explorats  al segle XX.

Dit això, mendinso en aquesta paràbola de paràboles a la recerca del messies.

Tota paràbola és una analogia continuada, una cadena de metàfores que, com bé diu lautor, han de resultar fàcilment comprensibles al receptor. P. 12. Dacord, les paràboles són una eina didàctica molt útil i, per aquesta raó, són tan utilitzades als Evangelis. Aquí aquest didactisme sesvaeix i cal lexegesi del pròleg i lepíleg per aclarir la cosa.

Així, lactivitat a què són cridats els servents, i el risc a què són convidats a córrer no shaurien dentendre en sentit literal, sinó com a metàfora de lactivitat intel·lectual, crítica i, en conclusió, revolucionària. P. 129.

Anem a pams. Aleshores ¿puc entendre que el sopar final preparat per la serventa és com una missa intel·lectual i revolucionària on tots som convidats a compartir el pa i el vi i, després, vinga la festa fins a perdre el do de la paraula?

Em consolo gaudint dalgunes imatges corprenedores:

...i llegiré damunt daquella llengua totes les paraules damor
que no has dit mai a la teva mare
per agrair-li dhaver-te dut al món. P. 94.

I fragments com la Parábola de les vergeson ressonen els ritmes i la iconografia del Cantar dels Cantars:

El meu promès sobresurt
entre deu mil.
El seu cap és dor fi,
els seus rínxols, que pengen
com flors de datilera,
són més negres que els corbs. P. 49.

O com aquest ,sobre la funció del teatre:

No àngel, els meu germans no van al teatre. Però si un mort va a trobar-los, si que es convertiran. I lÀngel li digué: Si no van al teatre, ni que ressusciti algú dentre els morts no es convenceran.P. 101.

Acabo, doncs, coincidint amb Carnevali que sense el teatre, i la literatura, no hi ha salvació ni revolució possible.




dijous, 22 de juny del 2017

Banana Yoshimoto (2006), Sueño profundo. Barcelona: Tusquets. Club de Lectura de la Biblioteca de Can Manyer. Vilassar de Dalt






Tres historias ricas en imágenes que dibujan mundos íntimos, vidas entrelazadas y viajes a la frontera entre la vida y la muerte.

La primera metáfora del relato inicial es reveladora:

El sueño me invade como la pleamar.” P. 11.

Vamos a sumergirnos en una prosa hipnótica que avanza hacia el fondo en espiral. El sueño (Hipnos), la pequeña muerte de cada noche, se alarga expresando el duelo que acongoja a la protagonista que ha perdido a la amiga junto a la cual: “ el peso de la vida… quedaba reducido a la mitad.” P. 14.

HIPNOS Y THANATOS PORTANDOA SARPEDÓN  EUFRONIO hacía 510 a C

La pareja mitológica clásica de Hipnos y Thanatos se dibuja en mi imaginación tal como aparecen representados en la cerámica griega, pero cuando acudo a buscar la imagen en internet los dos hermanos gemelos se me aparecen en la forma de dibujos manga.



Del manga Los caballeros del zodiaco creado en 1986 por Masami Kurumada

Me pregunto:

¿Cómo interpretar la obra de una autora japonesa por muy occidentalizada que esté?
¿Es el sueño la muerte pequeña o la fortaleza para renacer? ¿Por qué no las dos cosas a la vez?
¿Qué sentido tiene el sueño profundo para una persona de cultura nipona que practica el sueño intermitente y reparador del inemuri?

Reflexiono:

Quizás en Japón, acostumbrados a dormir acompañados, no es tan extraña la ocupación de la amiga que acompaña a los durmientes y acaba: “inhalando toda la negrura que hay en su corazón.” P. 27

Para la protagonista ese sueño profundo, que puede ser letal, es el que la impulsa hacia la vida. En la modorra absorbente y consentida encontrará el camino de vuelta a la realidad.

Continúo y encuentro nuevos “problemas culturales”¡Qué raro que una mujer del siglo XXI necesite de ciertos “permisos” para seguir los impulsos de su corazón! Me parece que la fuerza del amor de la protagonista por su novio es absoluta y ante ella adopta una sumisión de geisha:

a él le gusta que yo permanezca siempre en mi habitación, sin trabajar, viviendo sumida en el silencio, y que, cuando quedamos, nos encontremos por las calles como si fuéramos la sombra de un sueño.” P. 35.

Me cuesta entrar en estos relatos, como me costó la lectura de La historia de Genghi a la que acudí hace años con viva curiosidad de conocer la “novela” escrita hace diez siglos por la dama Murasaki y que abre la tradición de narraciones introspectivas y psicológicas en los lares de Banana Yoshimoto.

Continúo con la segunda narración titulada “La noche y los viajeros de la noche” y me encuentro más de los mismo: tres mujeres —una de ellas evanescente—, un hombre y la muerte.

El varón, Yoshihiro, es una especie de Genghi, es irresistible y con una energía tal que:

Solo con estar a su lado, tengo la sensación de que voy a ir caminando deprisa.” Y con “ algo que no debía morir jamás, algo que viajaba a través de la noche.” P. 111.

Cierto, algo quedará de él que consolará y parece que redimirá a su hermana, su enamorada prima y su novia americana.

El tercer relato es para mí “Una experiencia” porque aquí sintonizo con la lectura. Me cautiva la descripción de la música interior o alucinación musical que escucha la protagonista borracha:

Se parece al rumor de las olas, y a la risa de todas las personas que he conocido (…) y al maullido de un gato que perdí, y al conjunto de sonidos de un lugar lejano, que ya no existe, al que añoro, y a la fresca fragancia de la vegetación que olí en algún lugar, cierto día, durante un viaje, acompañado del susurro de los árboles junto a mi oído…” P. 141.

La resurrección de este personaje me llega, aunque sea parecida a la de los anteriores, y comprendo el miedo a las consecuencias de su amor, también, total y absoluto por su novio:

Y si, encima, lo amo más, ¿no acabaré volviéndome transparente? P. 171.

Incluso la conocida imagen con la que anuncia su renacimiento es familiar: 

Me siento como si me hubiesen sacado una espina que tuviera clavada en el corazón.” P. 167.

Aunque yo prefiera la reformulación de Antonio Machado siguiendo a Rosalía de Castro:

En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón.

¡Vaya cruce de tradiciones!

¡Un brindis por los universales culturales!