Grecia, Italia y España
dejan el Euro el 1 de Enero de 2014 y el comisario Jaritos se encuentra, como
todos los funcionarios, con el sueldo en suspenso y con tres peculiares
asesinatos por resolver.
Se trata de tres
representantes de la izquierda que se rebeló contra la dictadura militar y que impulsó la
entrada de Grecia en Europa, ahora situados estratégicamente
y con poder en el mundo de los negocios de la construcción,
la universidad y los sindicatos. Para ellos " su viejo activismo político
era una esponja que limpiaba todo lo demás." P. 91.
Buena parte de aquella
generación se convirtió en secta y sucumbió a
los halagos del poder:
"Poco a poco
empieza a forjarme una idea de la evolución de la generación de
la Politécnica, que se parece mucho a la de la Iglesia. Igual que la jerarquía
eclesiástica, que se empieza siendo diácono para ascender a obispo, en la generación de
la Politécnica se empezaba siendo un simple luchador antifascista para llegar a
ser empresario, profesor universitario o alto cargo sindical." P. 199.
Márkaris
nos explica un proceso que conocemos bien. La fiebre de la construcción se
apoderó del país y muchos de los edificios que, cosa típica en Grecia, ya preparados para edificar
una nueva planta, se completaron:
"–En
los últimos años, todo el dinero que hemos recibido, las ayudas, los fondos europeos
de cohesión social, los programas marco para la investigación y
el desarrollo, ha servido sólo para añadir una planta más a
las casas.. Ni nuevas infraestructuras, ni inversiones, ni desarrollo. (...)
–Nuestros abuelos y nuestros padres, sin embargo, sabían
muy bien que los cimientos sólo aguantaban una planta adicional –aclaro
yo–. Nosotros los cargamos con tres coches por familia, segunda
residencia, piscina y lancha fueraborda. La estructura no aguantó y
la casa se vino abajo, piso añadido incluido. No hemos vivido unos años
de bienestar, hija, sólo
hemos levantado paredes." P. 75.
Ahora el pueblo aguanta
gracias a la solidaridad, al ingenio de economías de supervivencia y a una alianza con los jóvenes
que no pierden la esperanza, aunque algunos decidan tomarse la justicia por su
mano.
No me parece un aspecto
marginal, la dedicatoria al cineasta Theódoros Anguelópoulos, recientemente fallecido, con el que
colaboró con el guión de La
mirada de Ulises. En esta novela con la que Márkaris cierra su Trilogía de la crisis tras
la ácida crítica encontramos los valores que pueden vertebrar nuestra dividida
Europa y que tienen nombre griego: Ethos, logos, phatos, paideia, areté y
metis, es decir y aunque sean términos difíciles de traducir: actitud humana coherente, razonamiento,
emoción compartida, educación humanística, virtud e inteligencia astuta.
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