Temps de metàfora
Coberta de Carles Barrios
dimecres, 2 d’octubre del 2024
Vivian Gornick (2023) La situació i la història. Barcelona: L’altra editorial. Traducció de Mar Molero Dolz
dilluns, 23 de setembre del 2024
Anna Pagès (2023) Aquella nena de les paraules. Barcelona: Univers
dimarts, 17 de setembre del 2024
Eider Rodríguez (2022) Materials de construcció. Barcelona: Periscopi. Traducció de Pau Joan Hernàndez
dilluns, 9 de setembre del 2024
Isona Passola i Vidal (2023) De la metàfora literària a la metàfora visual (De la novel·la a la pantalla) Discurs llegir el dia 9 de febrer de 2023 en l’Acte de Recepció Pública a la Reial Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona. Barcelona: Real Acadèmia de Bones Lletres
dimecres, 17 de juliol del 2024
Martí Domínguez (2023) Del natural. Una història de la natura a la pintura. Barcelona: Edicions 62. Premi Bones Lletres d’assaig humanístic
dimecres, 10 de juliol del 2024
Assumpta Coma (2024) Els amants covards. Argentona: Voliana
dissabte, 6 de juliol del 2024
Kim Ho-yeon (2024) La asombrosa tienda de la señora Yeom. Barcelona: Duomo ediciones. Traducción de Ainhoa Urquia
¿Cómo escribir una novela tierna y de lectura agradable sin caer en el "bonismo"?
Kim Ho-yeon lo hace trabajando los aspectos psicológicos y equilibrando la bondad optimista de la protagonista con el carácter más realista de otros personajes com Seon-suk que:
«A diferencia de la señora Yeom (...) tenía una visión bastante más pesimista: la gente nunca cambia.»
Por otra parte, el juego de desdoblamiento del autor cuyo nombre resuena en el de la protagonista Yeon-Yeom y en el del personaje de la escritora dramàtica In-kyeong que bien podría ser la narradora de la historia, ayuda también a establecer una zona de distancia crítica para burlar la cursilería.
Por otra parte, me identifico con la señora Yeom, profesora retirada que no ha dejado de educar y cuidar a los que la rodean en su pequeña tienda de barrio siempre abierta que convierte en un refugio-escuela. Me siento bien en este espacio cambiante como las aulas o como los arrabales del mundo donde la gente toma pie, coge fuerzas y se traslada a otro sitio. Sólo unos cuantos permanecen.
Me gusta también la evocación de la luz para iluminar el cambio de perspectiva:
«...la atmósfera de la tienda por la mañana estaba cambiando gradualmente, como si la dirección de la luz del sol se estuviera ajustando.»
Y también la repetida idea de cómo la semilla de la compasión refresca todos los ambientes y va impregnando a los personajes.
«...el cambio que había experimentado —ella que raramente mostraba compasión hacia los demás— le resultaba refrescante.»
De todos modos, me cansa que todos queden cautivados por el embrujo de la señora Yeon y de Doyko, el personaje que pasa de ser un oso a parecer un perro, y me cuesta tragar que no exista excepción al gozo de encontrar un camino donde parece que habite el olvido.