Ameno y documentado repaso de lo aprendido por las mujeres que afrontamos la edad de la sabiduría. Se agradecen los toques de humor «que nunca vienen mal» para encajar con ánimos las cuitas de la vejez.
Las mujeres de mi generación además de ser conscientes de que llegar a esa edad es un privilegio, además de saber que es la salud y no los años la que nos permite mantener viva la curiosidad, además de continuar disfrutando de nuestros oficios y artes, estamos decididas a vivir como nos apetezca nuestros últimos años situándonos: «fuera del cerco que nos han señalado como propio, porque ahí es donde somos más poderosas y felices.»
Por ello continuamos siendo compañeras rompedoras de estereotipos con el ingenio aguzado: mujeres ingenieras, secretarias, médicas, vendedoras, abogadas, peluqueras, juezas, profesoras, enfermeras, artistas, deportistas, farmacéuticas, maestras... que continuamos con nuestras habilidades y saberes con un plus de creatividad y, quiero pensar, que de bondad.
Nos hemos aprendido el mensaje de la antropóloga Margared Mead que «la fuerza más creativa del mundo es la mujer con el vigor postmenopáusico»: hemos dejado de gastar nuestra energía en nuestra profesión donde nos hemos abierto el paso con un plus de esfuerzo, en nuestra familia a la que hemos servido y cuidado y; ahora, por fin, podemos centrarnos en muestro mundo interior y en nuestra comunidad.
Aunque podamos ser mujeres zen no hemos dejado de ser combativas y junto a Anna Freixas continuamos en la brecha para romper ideas hondamente arraigadas que no son más que fósiles del catolicismo y del machismo aunque nos las quieran vender maquilladas de falsa modernidad.
¡Gracias, Anna!
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada