Elena Ferrante, o cualquiera que sea su
verdadero nombre, continúa con esta obra la saga Dos amigas: La amiga estupenda, Un mal nombre y, de momento, la
novela que nos ocupa.
Lenu o Elena vuelve, otra vez, la vista atrás y
nos habla continúa hablando del poder feroz de su amiga Lila que es a la vez:
revelación y angustia, iluminación y
oscuridad porque es capaz de generar una reacción de amor y de odio apasionante
con "una potencia de sirena".
Su clarividencia y sus sombras atrapan, como siempre a Lenu, porque Lila es su Mister Hide, la amiga del alma y, a la vez, el espejo cruel. La magistral descripción de los claroscuros de la amistad es uno de los valores de esta novela.
Profesionalmente las dos han alcanzado la
madurez: Lila domina los secretos de la informática con el "frenesí
digital de reducir la totalidad del mundo miserable a la verdad del 0 y del
1" P. 86. y consigue un buen empleo.
Lenu continúa con su actividad literaria, aprende
a aceptar y a defender sus obras y se convierte en la feminista que quiere ser
visible y dejar de ser la otra faz de la tierra. Se trata de un proceso de apoderamiento
en el que las deudas del cuerpo juegan un importante papel.
Lenu, se ha asignado a sí misma el papel de
mujer fuerte que como un caballero "con portentoso coraje doblega y domina
a horribles bestias con sus propias manos."
Y la tensión dramática principal vendrá de este
hecho y de la inestable situación familiar que le producen una sensación de
opresión y de extrañamiento:
Lenu se siente: "como una gota de lluvia en
una telaraña" y sumergida dentro de su cuerpo : "la única materia por
la que merecía la pena esforzarse."
Este reconocimiento será lo que le llevará a
romper con el papel que se ha auto asignado, vivirá en carne propia la
liberación sexual y conseguirá literal y metafóricamente volar, respetar las
deudas del cuerpo y elevarse:
"Volar lo sometía todo a un proceso de
simplificación, y suspiré, traté de abandonarme".
Afortunadamente, continuará.
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