La lectura de la columna de Vicent es un hito del
domingo.
Hoy es una especie de una oda a la vivencia de
meter los pies en unos zapatos nuevos e incómodos, todo lo contrario de las confortables botas viejas.
Escultura de Héctor Lombana en
Cartagena de Indias dedicada al poema de Luis Carlos López, "A
los zapatos viejos"
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Como suele, a base de analogías, va despertando la metáfora dormida que hay en la expresión "ser un tuercebotas" y aplica el término a la incapacidad de negociación de cuatro políticos actuales que no creo necesario mentar.
Hay que buscar "la horma intermedia" y
esperar que se amolde a los distintos pies, como los antiguos "recios
zapatos de Segarra".
Si no quieren ser unos inútiles tuercebotas, los políticos deben encontrar la horma de su
zapato, incluso a costa de levantar ampollas.
Magistral.
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