TOTES LES ENTRADES

dimecres, 26 de juliol del 2017

Amics per sempre. Direcció: Román Parrado. Guió: Roger Danès Morera, Alfred Pérez-Fargas, Román Parrado. Producció: Batabast/Lastor Media/Televisió de Catalunya

Amics per sempre és alguna cosa més que una comèdia divertida que evoca lesperit del 92. És una pel·lícula amb moments brillants que sota lembolcall de la commemoració dóna fe del profund canvi urbanístic i social que els Jocs Olímpics va representar per a Barcelona i els seus ciutadans.

Faig un breu repàs de tres dels moments estel·lars.

Música i sentiment

Lúltim chiringuito de la Barceloneta està a punt de ser enrunat  i lamo arruïnat i amb el matrimoni trencat, intenta salvar la relació amb la filla adolescent que vol marxar amb la mare. Per això sescarrassa a escriure una emotiva carta al Michel Jordan perquè, aprofitant lestada a Barcelona, vagi al seu restaurant i faci feliç la nena rebel que nés fan.  Langoixa creadora del pare sacompanya amb la música melodramàtica de Madama Batterfly: el paral·lelisme discordant dóna grandesa irònica al perdedor i fa somriure i reflexionar, alhora.

Delicat i punyent.

El valor de la paraula

Escena contraposada a lambient popular del chiringuito El Boquerón. Entrevista del matrimoni separat que es disputa la filla amb la mediadora argentina. Saló modernista amanerat de tan polit. La psicòloga fa una descripció àcida de cada un dels litigants. Al final ofereix el que està bevent amb parsimònia: —Quieren un matecito?

El clímax es trenca amb elegància.

 
La metàfora visual

 La imatge dels Jocs més arrelada a la memòria col·lectiva és la de larquer apuntant al pebeter. Va ser aquella fletxa la que realment encengué la flama olímpica? O el tir es va torçar i un mecanisme va assegurar lèxit de lespectacle?

A Amics per sempre hi ha una bona alternativa: la fletxa encesa no fa diana i va a petar sobre el cotxe de l amo de El Boquerón on hi ha la figura de cartró pedra dun seitó que sembla inspirat en la gamba de Mariscal i que queda reduït a cendres.  Tal com va quedar el món urbanístic i social de la Barcelona —sobretot de la Barceloneta— del segle XX.

Genial!


diumenge, 16 de juliol del 2017

Core Santos (2017), Media vida. Barcelona: Destino (Áncora y Delfín)




Pocas metáforas en una prosa expeditiva que, en ocasiones, parece un telegrama y, en otras, es de gran eficacia narrativa.

Los diálogos son ágiles y valientes, dentro de un orden. Tomo un ejemplo que no puede faltar en mi colección de metáforas:

Ante la cuestión de si han tenido nunca un orgasmo Lola contesta:

“…creo que no lo he sentido nunca. Yo sentía amor. Mucho amor.
—Claro.—Dio un salto Olga—.¡Es que hay palabras que se usan en sentido figurado! ¡Son una metáfora!
—¿Tú crees que el orgasmo es una metáfora Olga?...” P. 327.

No es necesario decir más.

Pero vayamos ya a los procesos metafóricos que me interesan de esta novela: los que tienen una función narrativa al están astutamente colocados para estructurar el relato y darle fuerza.

Empiezo por el título que me evoca, quién lo iba a decir, la alegoría con la que se abre la Divina Comedia:

A mitad del camino de la vida
yo me encontraba en una selva oscura,
con la senda derecha ya perdida.

Aquí también hay una analogía semejante:

“…Julia estaba en plena etapa de cambios, limpieza, reestructuración. Siempre llega un momento, después de mucho acumular trastos, en que se impone limpiar a fondo los trasteros, los armarios, los cajones, cualquier recoveco…

Con la vida sucede lo mismo. Este viaje (…) formaba parte del primer plan de limpieza de los armarios de su vida.” P. 234.

Ya tenemos el efecto “media vida” convertido en una especie de magia del orden en el plano psicológico.

La cena que reúne a las cinco amigas después de 31 años tiene algo de catarsis que renueva sus vidas, de reconciliación  con el pasado y de reconocimiento del placer de perdonar. Lástima que el final me parezca demasiado cercano a un manual de autoayuda.

Otro elemento simbólico muy trabajado es el uso de fechas históricas para fijar el relato, aunque a veces lo encuentro excesivo. Destaco el día de la boda del Príncipe de Gales y Lady Di en el año 1981. Todo el hilo narrativo está condensado en este 29 de julio fecha del reencuentro de las cinco amigas y está jalonado de imágenes televisivas del acontecimiento. La farsa del amor romántico se vende comunicativamente, mientras las amigas se reencuentran y hacen balance de sus desamores y de su nada romántica vida sentimental. Brillante antítesis con su punta de ironía.

Por último, no puedo dejar de lado un objeto que parece banal, pero que a mi entender es un leitmotiv que abre y cierra la novela: las tijeras de bordar:

Olga sacó algo de debajo de sus generosas nalgas. Unas tijeritas de bordar doradas, de fina factura, con el mango repujado de bellos motivos vegetales.

—Ésta será el arma del crimen.”

Y se cumplirá esta especie de pícara profecía en muchos sentidos que no desvelaré, pero estas tijeras también será el instrumento que permitirá que Julia siga un camino de realización profesional y personal y, al final, el que selle el pacto del perdón.

"Las cuatro mujeres quedaron iluminadas como en un cuadro tenebrista. La Cena de Emaús, de Caravaggio, en versión femenina." P. 218.

Salimos del tenebrismo que ha impregnado la cena, con tormenta incluida, y la claridad de la recuperación, después de los traumas, se supone que se impone. Dan ganas de saber más de las vidas de estas mujeres.






dimarts, 11 de juliol del 2017

Masao Yamamoto. Metàfores visuals


Pintor de formació sha convertit en un fotògraf poeta.


Captura els records sense estridències, evoca les fotografies de la nostra infantesa i en fa sortir imatges delicades que la crítica anomena minimalistes.


Son més aviat càrregues de profunditat carregades de connotacions.


Trobo més afortunada la comparança amb haikus visuals.


Com l'ametller florit
bandejo el meu neguit
les flors al vent.
(Rosa Leveroni)


Olivera en flor,
sobre núvols de cotó;
carretera en dansa.
(Pep Ros)


Ara estic sol,
quan es podreixi el cos,
terra opulenta.
(Francesc Prat)


Com a cloenda,
només goso a posar un títol a l'última fotografia:
Desig rodó